Para la perduración de culturas y costumbres existen elementos primordiales que hacen posible la trascendencia de estos, depositada en los mismos artífices de hechos importantes de trasmitir como motivo de un enriquecimiento cultural y de mantener presentes las raíces de los pueblos, haciendo perdurar en el tiempo innumerables historias que dan origen a lo que ahora somos.
En esta ocasión trato de hablar de un tema muy importante el cual es la Tradición Oral y la importancia que trae su practica. Este es uno de los medios mas utilizados a lo largo de la historia representando así la suma de saberes para facilitar la memorización y ser difundida en las generaciones posteriores.
Pero a pesar de ser un elemento muy importante no deja de ser muy vulnerable con respecto a los contenidos que se quieren difundir en el tiempo, es decir que por ser una tradición Oral, va de boca en boca, que con el tiempo va perdiendo elementos, o incluyendo nuevos elementos y hasta se logra adaptar a conveniencia de diferentes grupos.
Lo mencionado anteriormente podría pasar a un segundo plano, ya que esto es parte de la gracia de muchas historias, cuentos, leyendas, fábulas, pasadas etc, que muchas veces fueron transmitidas por nuestros Abuelos o Padres, transmitiéndonos un poco del pasado y dejando muchas veces en nuestras manos el legado histórico y cultural de nuestros orígenes.
Es por esta razón que quisiera compartir un poco de mi Tradición Oral, un poco de lo que conozco sobre la historia de como se conocieron mis Abuelos maternos.
Resulta que Don Heriberto Lemus quien es mi Abuelo, era un joven muy enamoradizo que podríamos decir que tenia una apariencia muy atractiva, quien trabajaba en una hacienda de lo que hoy conocemos como vigilante. En sus ratos libres mientras no trabajaba, tenia la costumbre de echarse los traguitos de algún su Guaro, pero en una de esas ocasiones que solía visitar la barrotes, se percato que cerca de su lugar de frecuencia vivía una muchacha llamada Ùrsula Rodrìguez, que efectivamente es mi Abuela, que desafortunadamente no logre conocer, pero don Beto como solíamos llamar a mi abuelo, logro conocer y como quien dice le echo el ojo a mi abuela, pero como siempre el gran dilema del hombre el hablarle o no hablarle se le hizo presente, pero como todo hombre muy inteligente decidió hablarle por primera vez algo “cachudo” (como el decía) pero lastimosamente no logro su objetivo a la primera ya que no recibió respuesta alguna cuando le hablo en esa ocasión ya que se le notaba que no andaba tan en sus cabales don Beto.
Pero con el pasar de los días no tuvo necesidad de hablarle en el estado que le quiso conquistar en aquella ocasión, y si logro su objetivo sacarle una palabra y aunque sea el nombre, con el tiempo mi abuelo sintió que esa mujer era mas de el que de nadie mas, y decidió acompañarse con ella y formar una familia, eso si quien sabe si de forma planificada o a lo que saliera.
Mi abuelo era un señor de sentimientos muy reservados, en pocas palabras no tan romántico y algo simplón, así que el amorío que se tenían no era nada expresivo, pero a pesar de todo lograron tener sus hijos aunque lamentablemente no los pudieron criar juntos debido a percances de la vida, y es así que de manera simple y tradicionalista se conocieron y se acompañaron por un rato.
Este es uno de los pocos ejemplos en que se puede manifestar lo que es la tradición oral en nuestra familia, cultivando así aquella necesidad de hacer perdurar las historias en las mentes de las futuras generaciones esperando también que ellos sean participes de tal tradición, ya que es importante para el entendimiento de los procesos culturales de nuestras raíces.
En esta ocasión trato de hablar de un tema muy importante el cual es la Tradición Oral y la importancia que trae su practica. Este es uno de los medios mas utilizados a lo largo de la historia representando así la suma de saberes para facilitar la memorización y ser difundida en las generaciones posteriores.
Pero a pesar de ser un elemento muy importante no deja de ser muy vulnerable con respecto a los contenidos que se quieren difundir en el tiempo, es decir que por ser una tradición Oral, va de boca en boca, que con el tiempo va perdiendo elementos, o incluyendo nuevos elementos y hasta se logra adaptar a conveniencia de diferentes grupos.
Lo mencionado anteriormente podría pasar a un segundo plano, ya que esto es parte de la gracia de muchas historias, cuentos, leyendas, fábulas, pasadas etc, que muchas veces fueron transmitidas por nuestros Abuelos o Padres, transmitiéndonos un poco del pasado y dejando muchas veces en nuestras manos el legado histórico y cultural de nuestros orígenes.
Es por esta razón que quisiera compartir un poco de mi Tradición Oral, un poco de lo que conozco sobre la historia de como se conocieron mis Abuelos maternos.
Resulta que Don Heriberto Lemus quien es mi Abuelo, era un joven muy enamoradizo que podríamos decir que tenia una apariencia muy atractiva, quien trabajaba en una hacienda de lo que hoy conocemos como vigilante. En sus ratos libres mientras no trabajaba, tenia la costumbre de echarse los traguitos de algún su Guaro, pero en una de esas ocasiones que solía visitar la barrotes, se percato que cerca de su lugar de frecuencia vivía una muchacha llamada Ùrsula Rodrìguez, que efectivamente es mi Abuela, que desafortunadamente no logre conocer, pero don Beto como solíamos llamar a mi abuelo, logro conocer y como quien dice le echo el ojo a mi abuela, pero como siempre el gran dilema del hombre el hablarle o no hablarle se le hizo presente, pero como todo hombre muy inteligente decidió hablarle por primera vez algo “cachudo” (como el decía) pero lastimosamente no logro su objetivo a la primera ya que no recibió respuesta alguna cuando le hablo en esa ocasión ya que se le notaba que no andaba tan en sus cabales don Beto.
Pero con el pasar de los días no tuvo necesidad de hablarle en el estado que le quiso conquistar en aquella ocasión, y si logro su objetivo sacarle una palabra y aunque sea el nombre, con el tiempo mi abuelo sintió que esa mujer era mas de el que de nadie mas, y decidió acompañarse con ella y formar una familia, eso si quien sabe si de forma planificada o a lo que saliera.
Mi abuelo era un señor de sentimientos muy reservados, en pocas palabras no tan romántico y algo simplón, así que el amorío que se tenían no era nada expresivo, pero a pesar de todo lograron tener sus hijos aunque lamentablemente no los pudieron criar juntos debido a percances de la vida, y es así que de manera simple y tradicionalista se conocieron y se acompañaron por un rato.
Este es uno de los pocos ejemplos en que se puede manifestar lo que es la tradición oral en nuestra familia, cultivando así aquella necesidad de hacer perdurar las historias en las mentes de las futuras generaciones esperando también que ellos sean participes de tal tradición, ya que es importante para el entendimiento de los procesos culturales de nuestras raíces.
Para concluir quisiera compartir unos cuantos objetivos que van de la mano con la tradición oral que encontré en un portal:
Sensibilizar a las personas sobre la importancia de investigar y conocer las raíces culturales de una región con el fin de valorar su riqueza y potenciar el descubrimiento de su patrimonio étnico y cultural.
Favorecer el diálogo con los mayores, con el fin de descubrir las claves de la historia familiar y de los grupos humanos más cercanos en el espacio y en el tiempo.
Valorar como una herencia evidente el lenguaje, los modos de hablar y las peculiaridades lingüísticas de cada zona.
Descubrir, a partir de la historia narrada de padres a hijos la enorme importancia que en las culturas tiene el intercambio de costumbres y formas de comportamiento.
Tomar contacto con la tradición, las costumbres, las fiestas, la gastronomía, las formas de ser de las generaciones anteriores.
Incrementar el acervo cultural mediante la búsqueda de restos, pautas, productos utilizados en épocas recientes que han desaparecido o están en peligro de desaparecer.
Analizar y valorar lo que en una región ha quedado depositado como patrimonio cultural a través de los tiempos, de la mezcla de culturas y de grupos humanos.
Descubrir la importancia de la tradición oral como medio de transmisión de valores, ideas, y costumbres.
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