¿El Salvadoreño es Violento o Agresivo?

Este es uno de los temas que generan controversia, y muchas veces generan dilemas en las personas, en meditar si verdaderamente los salvadoreños somos violentos o agresivos, y al meditar en esto descubrimos que estamos inmersos en una sociedad rodeada de violencia en toda su expresión, se manifiesta diariamente en cualquier parte de este pequeño país, y no solo relacionemos a la violencia con homicidios, sino en actitudes que demostramos, acciones que realizamos, palabras que decimos, leyes que violentamos.

Para entender esto recurriremos al significado que tiene el termino Violencia: “Acción de utilizar la fuerza y la intimidación para conseguir algo”. Según esta definición, la violencia implica tanto el sometimiento de una persona a la voluntad de otra, cosa que no es nueva en nuestra nación Salvadoreña. Así que con este termino no solo hago mención de la acción de golpear a una persona, matar a alguien, sino atentar contra su voluntad y someterla a la de alguien más. Ya no se trata de un golpe, sino también al maltrato verbal, de la imposición ideológica culturales, políticos y religiosos etc.

El Salvador es considerado unos de los países mas violentos del mundo, sino el más violento por los grandes índices de violencia registrados a nivel nacional y mundial, las cantidades de violaciones a niños y mujeres, y todo esto se le adjudica a la escasez de oportunidades de vida que existen en nuestro país, desde un punto de vista antropológico y psicológico la desconfianza y la frustración son factores importantes que hacen que la violencia se mantenga operante en el país.

Es decir que la violencia es la respuesta a todas estas situación que se desarrollan en la sociedad salvadoreña, es decir que hoy en día los salvadoreños no esperamos respuestas de caridad y de amabilidad y estamos predispuestos a recibir como resultado la violencia que cada una de las expresiones como personas.

Podemos decir que es un problema meramente cultural, ya que la carencia de valores en la formación del salvadoreño es muy baja, no quiero decir que todos los salvadoreños son así, porque seria equivocado decir que la violencia es heredada naturalmente, ya que hay estudios que demuestran que es errado hacer tales afirmaciones.

Es por eso que digo que es un problema cultural, es decir una carencia de identidad cultural, ya que nuestra sociedad esta expuesta a un bombardeo masivo de propaganda nacional e internacional y somos vulnerables a la hora de querer rechazar cualquier doctrina que se impone, y sedemos a formar parte de ella, adoptando nuevas costumbres impropias de nuestra cultura.

Pero esto no solo radica en nuestra cultura personal, sino en el ambiente en que se encuentra la nación, a todas las transiciones que se somete y todos los cambios inminentes que nos afectan y nos hacen cambiar, y con esto me quiero referir también a los procesos políticos tan cambiantes de nuestro país, desde las dictaduras militares, los gobiernos de derecha y el actual gobierno de “izquierda” pues cada uno de estos han generado diferentes reacciones en los salvadoreños que formaron parte de ellas, las actitudes violentas no solo son cosa del presente, en épocas anteriores a la nuestra la violencia se manifestaba de igual manera y quien quita que peor, pero la forma en que se tata es diferente, pues tratar la violencia con mas violencia siempre dada el mismo resultado: Violencia.

Existe también una carencia de información estadística no actual, sino de muchísimos años atrás con la cual podríamos hacer análisis mucho mas profundos sobre tal temática, y lograr comparar las conductas violentas que hoy se manifiestan en relación a las que anteriormente se manifestaban, ya que de igual manera estamos expuestos a reacciones violentas aunque unos mas que otros pero todo radica en los niveles culturales a los que estamos sometidos, a la forma de resolver las cosas.

En definitiva el Salvadoreño es violento pero “ojo” no por naturaleza sino por las circunstancias a las que esta sometido constantemente que dan como reacción una respuesta violenta, y como una manera cómoda de resolver nuestros problemas, sin pensar primero en las consecuencias que puede acarrear  nuestras maneras de actuar, para lo cual hay que trabajar desde el ámbito cultural para poder radicar nuestro temperamento como sociedad.